jueves, 10 de octubre de 2013

De Certezas y Razones

                           De Certezas y Razones
                                                                                                     

“Todo lo contrario a la verdad es igualmente cierto”
(Hermann Hesse, en Siddartha, 1922)


El presente artículo se abocará al análisis del pensamiento político de Alfredo Leuco.  Sus escritos periodísticos serán el material sobre el que se edificará nuestra discusión, que desnudará el carácter reduccionista e intencional así como el simplismo con el que lindan las posturas asumidas, o no, por el analista. Aproximación primaria, sin dejar de ser, por ello, meritoria. Comencemos. 



La unicidad de los cursos de acción posibles o el respeto por el metrónomo
El aprendiz musical, en las instancias de ejecución de una obra, suele dar uso a un instrumento que recibe el nombre de metrónomo. El mismo, luego de ser programado, marca el pulso constante que debe ser respetado irrestrictamente por el músico, si es que éste desea interpretar con corrección la obra. Es lo que la jerga musical nomina como “tocar a tiempo”. El tiempo es uno/único y quien lo altere habrá caído en la falta del desajuste, en la transgresión de lo programado. Pensando en esta figura es que podemos abrir nuestra indagación sobre los planteos del analista que nos convoca. Una mirada de cerca advertirá sobre los modos del vínculo entre lo temporal y lo Real que alimenta Leuco.  
En el escrito “Errores y límites” se detallan una serie de acontecimientos en el tiempo que, desde el punto de vista del autor, constituirían atisbos del deber ser y hacer de la política. Una óptica certera y correcta, descubriría en ellos su productividad para saber tomar el mejor curso de acción política posible que, claro está, el gobierno, ininteligente y caprichosamente, ha ignorado por completo.  El analista, proclama:

“El gran problema de Cristina es que necesita tomar por el único camino que se niega a tomar, el del sentido común. […] A esta altura del desplome de la presidenta es difícil encontrarle sólo una razón ideológica. No hay peor sordo que el que no quiere oír. […] La negación de la realidad produce ceguera.”

Parece que el simple devenir del tiempo conduce a determinadas producciones de lo Real, posibles de ser racionalmente detectadas y apropiadas para configurar el movimiento correcto de la acción política de Cristina Fernández. Postura ruidosa que brilla por soberbias pretensiones de objetividad. Yo, intelectual iluminado, gozo de la idoneidad para advertir el sendero necesario de la política. Los “errores y límites” que Leuco reconoce dan cuenta de una concepción encorsetada de la política, que se observa, por ejemplo, en el llamado y glorificación del sentido común. Esta apelación es el recurso del que el analista dispone para sostener un velo que oculta la eternidad del conflicto, la oclusión de su inevitable y permanente aparición. Esta concepción de lo político como, en palabras de Badiou, la unión, el lazo o la relación, es lo que permite a Leuco sostener una performatividad de la política dentro de ciertos márgenes, aprehensibles y detectables sin mayúsculos obstáculos.

Volviendo a los tiempos, o al tiempo
“Tomemos el ejemplo de Brasil” y expresiones de un símil estilo deambulan de modo cotidiano por los medios de comunicación. Las experiencias políticas y económicas de algunos vecinos latinoamericanos  suelen constituirse en los puntos de referencia y en las depositarias del halago de variadas voces de la política nacional. Nuestro analista no escapa a ello:

“Es una mentira histórica que no se puedan quebrar los privilegios, igualar posibilidades y repartir el poder sin apelar a la mano dura o a pisotear la legalidad. O a reemplazar las viejas oligarquías por las propias, como la boliburguesía o los amigopolios K. Lagos-Bachelet; Lula-Dilma y Tabaré Vázquez-Mujica demuestran que es posible. Muchos de sus indicadores sociales son superiores a los de Argentina y Venezuela, que comparten el podio de la mayor inflación mundial. No son traidores ni tibios. Construyen poder popular y democrático y consolidan grandes avances para los más necesitados, pero lo hacen con la legalidad y la profundidad necesarias para que no se pueda volver atrás. No fomentan jurásicos cultos a la personalidad ni venganzas ni fracturan las sociedades. No van por todo porque saben que después todo eso quedará en la nada. Van por más justicia social y más libertad.”

A través de un complejo recurso de metodología comparada, sintetizado en el espacio de un párrafo, Leuco logra encontrar manifestaciones de lo Real que evidencian un elemento racional del tiempo. Quienes han sabido hacer lo que había que hacer se hacen como los hacedores de la historia. ¿El tiempo evoluciona?
A lo largo de los artículos del analista se observan disímiles delimitaciones temporales del análisis, cada una con una intencionalidad particular que obedece a los fines de la argumentación específica de cada producción periodística. En “Errores y límites” se registra una delimitación a partir del año 2008, operación que habilita a una crítica de las prácticas políticas del gobierno, partiendo del acontecimiento del conflicto con el campo. ¿Sólo a partir de esa instancia particular se pueden descubrir elementos que ayuden a interpretar la época que asistimos? En el artículo “Morenizar y chavizar”, el análisis acude al registro, a nivel global, de experiencias históricas “fallidas” de la izquierda con el fin de expresar la caducidad de ciertos planteos que oponen la equidad a la libertad y que Leuco observa, todavía latentes, en la racionalidad político-operativa del gobierno. ¿La resolución de esta tensión inherente a gran parte del pensamiento puede encontrarse en determinadas manifestaciones del presente? Otra delimitación temporal del análisis se observa en “La gravedad de la ley”, donde, partiendo de la recuperación democrática, se concibe al proyecto oficial de “democratización de la justicia” como el ataque más feroz que haya habido alguna vez contra el sistema democrático. ¿Es la división de poderes la sustancia de la democracia?

Lo acabado del ser
La anterior pregunta por la democracia nos conduce, casi naturalmente, al tratamiento de esta categoría en el pensamiento de Leuco. Su aparición, implícita o explícita, pero siempre repetida en el conjunto de los artículos arbitrariamente escogidos, la eleva como unidad analítica privilegiada que vertebra la mayoría de sus producciones.
En “Morenizar y chavizar” el analista abre una propuesta que logra convocar, efímeramente,  mi inocente ilusión:
“Lo que debe refundarse son los instrumentos para analizar lo que pasa”
Expectativa, la mía, que al encuentro con el párrafo siguiente, se evapora por los aires. En efecto, pese a la anterior declaración de imperativos e intenciones, Leuco, lejos de despertar un interrogante sobre lo que constituye la democracia, procede a una enumeración de ciertos elementos que deberían ser encontrados en una democracia real:
“No puede ser progresista quien ni siquiera cumple con los mínimos requisitos democráticos. Alguien que amenaza, extorsiona, prohíbe y lo hace solo con el poder que le delega Cristina, y sin ninguna ley ni papel a la vista, rompe las reglas de funcionamiento de cualquier sociedad civilizada. Los autoritarismos no son de izquierda ni de derecha.”
Si bien el analista no define de modo explícito su idea de democracia, se pueden entrever concepciones que, en diálogo con postulaciones y preocupaciones en otros artículos, dan cuenta de lo que entiende por esta unidad analítica. De este modo, la libertad individual, el respeto a la legalidad, la división de poderes, el pluralismo, se articulan como la esencia de todo sistema democrático. Ser que se observa, como bien advertimos en el apartado anterior, en otras experiencias latinoamericanas ¿Lo acabado de sus ideas ignorará la espectralidad de sus postulados?

Entre los actores y el actor, o el poder y su lugar
Tras la lectura de los artículos, se vislumbra que el Poder es uno,  contando con residencia en un locus específico. Ese lugar del poder es el Estado, y más precisamente, la figura presidencial. Se concibe al Estado como un cuerpo ordenado y coordinado, que opera de modo articulado y uniforme, con una justa adecuación a las directrices que emanan de la cúspide del poder ejecutivo.  Lejos de sostener una distribución desigual del poder, Leuco niega de modo absoluto la existencia de tal distribución, asumiendo posturas que simplifican el movimiento de las complejas tramas del poder.
Opción teórico-metodológica con claras implicancias en el análisis. Así, los vaivenes del análisis político conducen, de modo casi inevitable, al privilegio de Cristina Fernández como el gran actor objeto de crítica. Cabe destacar, a su vez, la audacia del analista para poder amalgamar voces diferentes dentro y fuera del oficialismo y desembocarlas, de modo último, en la figura del presidente. Más allá del reconocimiento explícito de numerosos actores, de los más variados y que cambian nota a nota, éstos, sus prácticas y sus opiniones aparecen en tanto presenten un valor instrumental para el análisis y la intencionalidad específica de cada producción periodística en particular. ¿La reducción del mapa de actores obedece a un ingenuo desconocimiento de la complejidad?
Particulares producciones de sentido de nuestro analista que confluyen en la producción ficcional de una pertenencia colectiva. La marcada delimitación de una exterioridad que organiza el oficialismo promueve la constitución de un nosotros, la aparición de un sujeto colectivo con deseos, necesidades, expectativas y proyectos compartidos. A través de una prosa que se inscribe en pretensiones de encarnación de la universalidad, se generan líneas de acción y oposición que ordenan demandas en pos de su consecución.
“¿Qué va a hacer la oposición? Intentar convencer a los diputados oficialistas que más dudan. Industrializar los reclamos de inconstitucionalidad y rezar para que la Corte se ponga las pilas que deberían ser recargadas por una poderosa movilización el 18A.”
Continuando su argumentación sobre los proyectos de “democratización de la justicia”, continúa proponiendo:
“Fundar una suerte de Polo Democrático en defensa de la libertad que, obviamente será acusado de ser la nueva Unión Democrática. Ellos responden: a problemas extraordinarios, respuestas extraordinarias”

El amanecer de la duda
Ponderando mis deseos, más que la fundación de conclusiones, me conmueven las aperturas: ¿El ser de la política se asienta sobre una razón? , si esto es así, ¿su contenido es una invitación al dispute por él?, siguiendo, ¿es en esta beligerancia donde nace la potencialidad para reabrir el espacio de lo posible?


 Los muros pintados del 68 nos revisitan y, nuevamente, nos exhortan: respondamos con preguntas.

lunes, 7 de octubre de 2013

Política 2.0


"[...] El impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información (TICs), y el surgimiento y masificación de Internet, han cambiado la forma de relación y comunicación en todos los ámbitos de la vida humana, caracterizando una nueva era en el desarrollo de nuestras sociedades: la era de la información (Castells, 2001).
Estas transformaciones y sus implicancias se han convertido en objeto de estudio por parte de diversas disciplinas. En el ámbito de la Ciencia Política, el estudio de la Ciberpolítica (o Política 2.0) ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años, pero es todavía un campo de estudio relativamente poco explorado, que requiere nuevas y múltiples investigaciones.
En términos generales, puede afirmarse que los líderes políticos se ven influidos por estas transformaciones, que les exigen el despliegue de nuevas estrategias de adaptación: una mayor rapidez y oportunidad en la administración de la información, la elaboración de mensajes crecientemente segmentados (es decir, adecuados a las particularidades de un electorado cada vez más diverso) y el desarrollo de nuevas capacidades en la administración del diálogo público (Lanza, 2010) [...]"

miércoles, 2 de octubre de 2013

Why poverty?

La sociabilidad virtual que nos ofrecen las redes ya no es digna de tal mención. Dados los veloces y fugaces cambios que nos atraviesan cotidianamente, es necesario poder advertir en ellos su productividad  para generar intervenciones sociales. Manuel Castells, sociólogo especializado en el estudio de la sociedad de la información, nos habla de la imposibilidad de pensar en una distinción de sociabilidad virtual/real, en el marco del auge de Internet sobre la vida social. En efecto, la sociabilidad virtual se transforma en sociabilidad real. En este sentido, cabe apropiarse de los elementos de nuestro entorno para llegar a su transformación.
Hoy nos convoca una interesante campaña en torno a la concientización global acerca de la pobreza. Las redes no deben ser el espacio del mero entretenimiento y diversión, deben constituirse en espacio para la acción. Espero os guste.